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Introducción

En India se cree que el origen de la creación fue el sonido primordial Nada Brahman. Así, en el corazón de todo ser y del universo entero existe armonía y música.


La música es el lenguaje universal que trasciende todas las fronteras entre países, razas y religiones. Es el lenguaje del alma, que nos une entre nosotros y con la divinidad. Se dice que si uno desea entrar al corazón de una cultura, se debería escuchar su música. La música es una puerta, muy bella a la vista sin duda, pero su verdadero valor yace en su apertura conduciéndonos hacia un nuevo y maravilloso reino.

Se cuenta que la música clásica de la India tuvo su origen en el Samaveda, un texto sagrado del hinduismo de unos 3.000 años de antigüedad. Esta de una de las formas musicales más antiguas conocidas por el hombre y se ha transmitido de manera oral a través de los siglos.

 

La música en India ha desempeñado diversos roles. Ha sido parte de la tradición folclórica, ha enriquecido la vida de todos los sectores de la sociedad, y adornado la corte de muchos reyes. Sin embargo, nunca se ha olvidado su origen y naturaleza espiritual.

 

Hay una historia que ilustra muy bien la naturaleza de la música en India. Tansen fue un gran músico de la corte del emperador Mogol, Akbar. Un día luego de escuchar a Tansen cantar, Akbar se emocionó tanto que le preguntó, “Tansen, dime ¿quién ha sido tu maestro?” “Swami Haridas, mi señor,” replicó Tansen. Akbar preguntó nuevamente, “¿Es un gran músico como lo eres tú?” Tansen dijo modestamente, “Por favor, nunca me compares con mi maestro. Él más que un músico es la música en sí misma.” Akbar dijo, “Entonces me gustaría escucharlo” Tansen respondió, “Pero él nunca estará de acuerdo en venir a la corte a cantar.” “Entonces nosotros iremos hacia donde esta él,” respondió Akbar. Tansen aun siendo reservado, “Mi maestro canta por su propia voluntad y no estará contento de verse obligado de cantar ante el emperador.” A lo que Akbar replicó, “Entonces iré contigo, disfrazado de tu sirviente.”


Así, Tansen y Akbar viajaron a la cabaña donde vivía el sabio. Este los recibió con amor y afecto. Él escuchó su petición pero permaneció en silencio. Luego de tres días, justo al amanecer, Swami Haridas comenzó a cantar. Akbar y Tansen estuvieron fascinados. Parecía como si el sonido no tuviera inicio ni fin, como si los árboles, las piedras, y todas los seres vivos se convirtieran en música olvidándose de sí mismos.


Luego de un rato, cuando el hechizo se rompió Akbar y Tansen se encontraron solos en la cabaña. Swami Haridas no estaba por ninguna parte. “¿Dónde está él?” preguntó Akbar. “Ha dejado el lugar para siempre, temiendo que nosotros vengamos de nuevo a molestarlo,” respondió Tansen con tristeza.


Regresaron a palacio en silencio e inspirados. Pasaron varios días sin que Akbar pudiera olvidar el efecto que la canción tuvo en él. Un día le preguntó a Tansen si conocía el Raga y la canción que Swami Haridas había cantado. Tansen le respondió que sí lo había aprendido, y a pedido de Akbar, comenzó a interpretarlo. Pero el corazón de Akbar no fue satisfecho, “Tansen, tú cantas maravillosamente. Pero aun así, ¿Por qué no siento de igual manera que cuando escuché a Swami Haridas?” Tansen respondió modestamente, “Mi señor, yo canto para ti, el emperador entre los hombres. Pero mi maestro canta solamente para el Señor y Creador de todo el universo. Allí radica la diferencia.”


Una historia sencilla pero con un significado profundo que nos revela la verdadera búsqueda de la música de la India. 

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